Desde la organización política y social TUCMA, rechazaron la sentencia contra Cristina Fernández

Desde TUCMA rechazamos de forma tajante el fallo de la Corte Suprema de Justicia que ratificó la condena contra Cristina Fernández de Kirchner.

Esto no es justicia. Es una movida política. Un acto deliberado del poder judicial que usa la imagen de la ley para intentar silenciar a una de las voces más firmes del campo nacional y popular. Otra vez, el llamado “Partido Judicial” deja ver su verdadero rostro: proteger a los poderosos, asegurar sus privilegios y castigar a quienes se atreven a desafiarlos.
La condena a Cristina no sorprende. Es el cierre de un proceso largo de persecución política, mediática y judicial. Una infamia que no busca justicia, sino escarmentar. Es parte de una historia más amplia: la de quienes, como ella, soñaron y trabajaron por una Argentina más justa, y por eso fueron atacados.

Durante el gobierno de Macri, se armó una red de espionaje ilegal, se fabricaron causas y se manipularon pruebas para acorralar a Cristina, su familia y exfuncionarios. El lawfare se volvió política de Estado. Y hoy, con un presidente que desprecia la justicia social, ese clima de odio se profundiza.

En todo el proceso judicial se actuó con revanchismo. No hubo búsqueda de verdad, sino ejecución de un plan. Una venganza política, dictada no por el derecho sino por quienes manejan el poder económico.
Lo que hizo la Corte no es impartir justicia. Es enviar un mensaje. Un castigo ejemplar a Cristina, pero también un intento de disciplinar a quienes seguimos creyendo en un país con soberanía, justicia social e independencia económica.
Nos duele. Nos duele como militantes, como pueblo, como personas que todavía apuestan a la esperanza colectiva.

Porque lo que está en juego no es solo el futuro de una dirigente. Es la posibilidad de decidir libremente nuestro destino.
Decimos basta. Basta de una justicia que responde a los intereses de los ricos, los CEOs, los banqueros y los vendepatria. Queremos una justicia verdaderamente democrática: que los jueces se elijan por voto popular, que rindan cuentas al pueblo, no a los grupos económicos ni al FMI.

Desde TUCMA, entramos en estado de movilización permanente. No aceptamos una democracia recortada por tribunales funcionales al saqueo. No vamos a callarnos. No vamos a resignarnos.
Nos organizaremos con más fuerza. Nos abrazaremos al pueblo. Vamos a transformar la bronca en ternura y conciencia. Porque cuando la patria está en peligro, la militancia es un deber.
Hoy más que nunca: con Cristina, con el pueblo, con memoria y con acción.