Historia de Ferroviarios: Félix Marcelino Carrizo

Mi padre fue ferroviario (ya fallecido)  desde que ingresó a la Escuela Técnica.

Durante su formación fue excelente por cuánto llegó a ser supervisor principal de Usina y planta de Oxígeno. Mencionada planta estuvo confiada a mi padre y 7 de sus obreros los cuales viajaron no recuerdo si a Bs As o Córdoba (ningún ingeniero) la desarmaron allá, la trajeron y la volvieron a armar aquí.

Recuerdo que tenía una libreta negra con todos los detalles de piezas y su ensamblado. Por supuesto fue motivo de bronca por años de los ingenieros. Amaba su trabajo , yo todos los sábados solía ir a los talleres con él. Los conozco de punta a punta a los talleres. Subí a cada una de sus torres que para mí son miradores parecía un guía de turísmo. 

Cuando deciden cerrarlo pedía a sus obreros que no permitan el cierre, proponía una toma con familias y no quisieron, preferían el dinero de la indemnización a la cual el les decía que era pan para hoy y hambre para mañana. Fue de los último que sacaron y a las rastras. Primera vez que ví llorar tanto a mi padre. Vivió haciendo trámites para su reapertura. Hasta  que el Presidente Raul Alfonsín hizo realidad  esos anhelos.

Los ingenieros celosos estuvieron a cargo de hacer los listados de los obreros que iban a ser reincorporados a el siempre lo tachaban de las listas. Haste que era sumamente necesario poner en funcionamiento la planta de Oxígeno y no les quedó otra que llamarlo. Pero antes le hicieron firmar un papel donde el renunciaba a sus categorías. Volvió, se jubiló y hoy mi mami cobra la pensión mínima. Conozco cada sección de construcción, eran verdaderos artesanos. Lloro cada vez que entro a ese lugar.

Estuve en Cusco (Perú) y entré a una lavandería. El dueño me preguntó de dónde era. Le contesté que de Argentina pero insistía le dijera de que lugar. Le contesté que era una pequeña ciudad del interior que seguro no iba a conocer. Siguió insistiendo hasta que le dije Tafí Viejo. No podía creer. Había estado en los talleres. Estuvimos una hora conversando. Ambos con lágrimas en los ojos