Hacia el Bien Común
Escuchar para pensar colectivamente soluciones de largo plazo parece hoy algo imposible; las mezquindades, los intereses individuales y sectoriales están muy por encima del bien común
08/06/2024Hernan GordilloUna sociedad descreída, desencantada y desilusionada de las necesarias instituciones que la componen debe recuperar el valor de la palabra como condición indispensable para reconstruir el diálogo en comunidad.
La necesidad de esta sociedad de ser escuchada tal vez es hoy el insumo más demandado; algunos sectores las escuchan pero usan sus voces para armar discursos que suenan lindo para después, en caso de llegar al poder, hacer todo lo contrario, lo que se denomina publicidad engañosa y/o estafa electoral.
Escuchar para pensar colectivamente soluciones de largo plazo parece hoy algo imposible; las mezquindades, los intereses individuales y sectoriales están muy por encima del bien común, ni aun tocando fondo se logra que la mirada colectiva con empatía hacia el otro florezca.
No tenemos un problema económico ni financiero, tenemos una amnesia moral y una miopía como ciudadanos en comunidad que no nos permite ser esa masa emotiva que sale a las calles como cuando ganamos la copa del mundo en Qatar a celebrar y unirnos por lo que amamos. Ese mundial fue un ejemplo de la poca fe que nos tenemos; el primer partido no salimos a aplaudir ni a alentar al equipo, en el segundo, aun ganando, fue muy tibia la manifestación de apoyo en las calles post partido. ¿Cuándo en la vida se inicia ganando siempre? ¿Cuándo fue que nos compramos ese ticket exitista? No solo perdemos la mayoría de las veces que intentamos algo, sino que perder es la normalidad para avanzar y superar obstáculos; hace muy poco escuchábamos de un ingeniero con canas contarnos el secreto para desarrollarse y avanzar en lo profesional: "todos los días me levanto pensando en cómo superar los 'no se puede', la idea al final es solo el 1%, el resto es vencer esa palabra que escucho hace años día a día: NO SE PUEDE".
Si tenemos remedio y salida, debemos resetearnos como ciudadanos en comunidad y volver a nuestra esencia, solo poniendo por delante siempre el BIEN COMÚN.