Cooperativismo argentino: un modelo vigente que construye comunidad y futuro

En un país atravesado por crisis económicas, concentración de poder y fragmentación social, el cooperativismo se afirma como una alternativa sólida, democrática y centrada en las personas. Más de 20.000 cooperativas impulsan trabajo, inclusión y desarrollo con rostro humano.

Actualidad05/07/2025José María MartínJosé María Martín
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En medio de un panorama global marcado por desigualdades persistentes, tensiones geopolíticas y el fracaso reiterado de modelos centrados en la lógica del mercado o el estatismo excluyente, el cooperativismo argentino emerge con fuerza como una respuesta estructural. No es una moda ni una reacción circunstancial: es una forma de organización económica profundamente enraizada en el territorio y en la historia nacional.

Con más de 20.000 cooperativas activas, el movimiento cooperativo representa aproximadamente el 10 % del Producto Bruto Interno del país y da empleo directo a cientos de miles de personas. Está presente en todos los sectores: servicios públicos, agroindustria, vivienda, telecomunicaciones, salud, educación, cultura. Desde las grandes ciudades hasta las zonas rurales más alejadas, el modelo cooperativo late al ritmo de la necesidad, pero también de la esperanza.

Principios que se traducen en acción

Lo que distingue a una cooperativa no es solo su estructura jurídica, sino su sentido: propiedad compartida, gestión democrática, reinversión en la comunidad, igualdad en la toma de decisiones. En un sistema que muchas veces margina a quienes no tienen capital o poder, las cooperativas abren caminos donde no los hay, empoderando a personas y comunidades enteras.

Este 5 de julio, Día Internacional de las Cooperativas, la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) y la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) destacaron la vigencia y el impacto de este modelo. Ariel Guarco, presidente de ambas entidades, fue claro: “Estamos ante la herramienta más adecuada para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

La Agenda Nacional Cooperativa 2025, propone consolidar una economía más inclusiva y resiliente. Una economía que no le da la espalda al ambiente, ni a la dignidad del trabajo, ni al sentido de pertenencia de las comunidades.

El cooperativismo argentino no es solo una alternativa: es una afirmación ética, social y política. Frente a un sistema que muchas veces prioriza la rentabilidad por sobre la vida, las cooperativas nos recuerdan que otra economía es posible, una donde los vínculos valen más que los dividendos y donde el futuro se construye con trabajo digno y en comunidad.

En tiempos de incertidumbre, el cooperativismo no promete soluciones mágicas, pero ofrece certezas humanas: solidaridad, democracia, compromiso territorial.

Desde la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) sostienen que "Argentina no solo necesita más cooperativas; necesita más espíritu cooperativo".

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