En La Cocha, un grupo de trabajadores sociales demuestra que la organización comunitaria puede ser una herramienta poderosa para resistir las adversidades. La "Bloquera Kaiser", un microemprendimiento que nació en marzo de 2018 bajo el ala de la organización TUCMA, no solo produce bloques de cemento, sino que también construye solidaridad y futuro en una comunidad golpeada por la crisis económica.
Conformada por un equipo de cuatro personas, esta unidad productiva trasciende su tarea inicial para convertirse en un verdadero motor social. Los trabajadores no solo generan un producto esencial para la construcción, sino que han encontrado maneras innovadoras de ampliar su impacto. Entre sus logros se destaca la organización de compras colectivas de cemento, lo que permite abaratar costos para quienes requieren de sus productos. Además, la Bloquera Kaiser fabrica bancos destinados a los espacios de recreación infantil, creando un legado tangible para los niños del barrio.
En los últimos meses, han diversificado sus habilidades incorporando trabajos de herrería, ampliando así sus fuentes de ingresos y su capacidad de servicio a la comunidad. Sin embargo, esta expansión no ha sido fácil. En un contexto donde la inflación se sienten con dureza, mantener este emprendimiento vivo requiere no solo esfuerzo, sino también un compromiso inquebrantable.
La crisis económica, que afecta a todos los sectores, pone en jaque la continuidad de esta iniciativa que combina trabajo y acción social. "Es difícil sostener el espacio, pero seguimos adelante porque entendemos que nuestra labor no solo genera ingresos, sino también esperanza", comentó Nelson Fregenal, uno de los integrantes del proyecto.
La organización TUCMA ha sido el pilar fundamental para la existencia de la Bloquera Kaiser. Más que un emprendimiento, este proyecto representa una filosofía de vida basada en la solidaridad, la autogestión y el compromiso diario con el bienestar común.
La Cocha tiene en esta bloquera un ejemplo de cómo el trabajo colectivo puede transformar no solo materiales de construcción, sino también realidades. Aunque los desafíos sean grandes, el esfuerzo de estos trabajadores sociales muestra que, con sacrificio y dedicación, es posible construir un futuro más digno para todos.
¿Podrá el Estado reconocer y apoyar este tipo de iniciativas? La Bloquera Kaiser ya ha demostrado que las soluciones nacen desde abajo, pero un respaldo institucional podría potenciar aún más su impacto. Mientras tanto, en el barrio El Carmen, se sigue trabajando, bloque a bloque, por un mañana mejor.