
Avatar, engaños y estrategias: cuando la inteligencia artificial entra a la campaña electoral
Cooperativa tucumana realiza campañas electorales con inteligencia artificial con una premisa clara: usar la tecnología para conectar, no para engañar.
En su columna “Nadie lee nada”, publicada en el diario Perfil, Leticia Martín desnuda una verdad incómoda: la precarización estructural de quienes escriben, incluso desde los espacios más prestigiosos. Lo hace sin estridencias, pero con una claridad brutal. Escribir, nos dice, no siempre es sinónimo de reconocimiento ni mucho menos de retribución justa. Escribir, a veces, es simplemente una forma de resistir.
Actualidad19/05/2025Martín lleva más de un año publicando semanalmente en un medio nacional sin recibir pago por su trabajo. Ni aumento, ni explicación, ni respuesta. Solo silencio. La suya es una confesión que interpela directamente al corazón de un sistema editorial que se beneficia del prestigio de la palabra escrita, pero que muchas veces se niega a reconocer a quienes la sostienen.
Lo más impactante del texto no es la denuncia, sino la sensibilidad con la que Leticia convierte su malestar en literatura. Reflexiona sobre el verbo “viralizar” –tan celebrado en tiempos de redes– y lo contrapone a un verbo más íntimo y antiguo: escribir. Mientras el primero busca el impacto instantáneo, el segundo implica compromiso, proceso, y una promesa con el lector que muchas veces se mantiene a oscuras.
Su reclamo no es una queja individual. Es el eco de cientos, miles de trabajadores y trabajadoras que enfrentan condiciones similares: sin contrato, sin pagos, sin respuestas. Martín lo expresa con un tono contenido, sin victimismo, pero con una fuerza moral implacable: “Cincuenta mil pesos de honorarios por mes con seis meses de demora”, escribe, como un baldazo de realidad sobre el rostro de la industria cultural.
Y sin embargo, sigue escribiendo. No porque no sepa lo que vale, sino porque sabe que escribir también es una forma de habitar el mundo, de pelear contra el olvido, de generar pensamiento. “Lo hago porque otros lo hicieron antes”, dice. Y ahí está la clave: Leticia Martín no escribe por vanidad ni por fama, sino por pertenencia. Porque hay una genealogía de escritores y escritoras que han abierto caminos, y ella se reconoce parte de esa estirpe.
Leticia Martín escribió una columna que no se viralizará quizás. Pero que merecería ser leída en todas las redacciones del país. No solo por respeto a ella, sino por respeto a eso que todavía llamamos periodismo.
Cooperativa tucumana realiza campañas electorales con inteligencia artificial con una premisa clara: usar la tecnología para conectar, no para engañar.
En Tafí Viejo, una ciudad con más de 85.000 habitantes, los concejales tienen un mandato claro: representar al pueblo, controlar al Ejecutivo y garantizar la transparencia en el uso de los recursos públicos. Sin embargo, los últimos acontecimientos revelan que quienes debían ser la primera línea de defensa del interés ciudadano han fallado rotundamente.
Desde la Posta El Paisanito, en Alpachiri, el Consejo Económico y Social de Santa Ana agradeció la invitación a un evento que pone en valor el trabajo cultural, turístico y comunitario del sur tucumano. Su presidente, José Luis Imaín, fue reconocido por su labor destacada en el año 2024 y subrayó la importancia de estos espacios para el desarrollo de los pueblos.
14 de mayo de 2025. Una foto de Tadeo Bourbon, tomada en pleno centro de Buenos Aires, se convirtió en símbolo de una verdad incómoda: que algunas prácticas de represión, de disciplinamiento social y castigo al disenso, han sobrevivido más que los propios imperios
Gisela Wild, flamante presidenta de Fescoe, remarcó que las cooperativas no están exentas de los vaivenes económicos y destacó su capacidad de adaptación en contextos de crisis.
Lomas de Tafí nació como uno de los proyectos habitacionales más ambiciosos de Tucumán. Con más de 5.000 viviendas y una población que supera a la de varios municipios consolidados como Bella Vista, Burruyacu, Graneros, La Cocha, Tafí del Valle, Trancas y Simoca —y que se equipara en número con Juan Bautista Alberdi—, hoy es una ciudad sin reconocimiento político ni administrativo acorde a su magnitud.
En Tafí Viejo, una ciudad con más de 85.000 habitantes, los concejales tienen un mandato claro: representar al pueblo, controlar al Ejecutivo y garantizar la transparencia en el uso de los recursos públicos. Sin embargo, los últimos acontecimientos revelan que quienes debían ser la primera línea de defensa del interés ciudadano han fallado rotundamente.
En su columna “Nadie lee nada”, publicada en el diario Perfil, Leticia Martín desnuda una verdad incómoda: la precarización estructural de quienes escriben, incluso desde los espacios más prestigiosos. Lo hace sin estridencias, pero con una claridad brutal. Escribir, nos dice, no siempre es sinónimo de reconocimiento ni mucho menos de retribución justa. Escribir, a veces, es simplemente una forma de resistir.
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ABEJAS, CÓDIGO Y VIDA: Santa Ana participó de una propuesta internacional para promover el crecimiento de abejas nativas.